sábado, julio 26, 2008

Problemas Estéticos y Teóricos de las Leyendas Colombianas






Luis Alberto Acuña: Bachué y la serpiente






histórico.

Hace algo más de dos décadas, comencé a trabajar las leyendas colombianas. Como antropólogo en los trabajos de campo, en las universidades donde enseñé, inicié una recolección de ellas, por medio de entrevistas a campesinos e indígenas de las diversas regiones de mi país. A partir del DEA en Antropología, realizado con Claude Lévi-Straus en París, mi interés fue creciendo y poco a poco me he ido sumergiendo en estas cosmovisiones, en una mirada que se fue ampliando, ya que en algún momento me percaté que la antropología no podía hacer caso omiso ni del psicoanálisis, ni de la semiología como de la lingüística y la ecología, en todo lo que ellas podían aportar para profundizar sobre estos Imaginarios.

Poco a poco fui seducido por las imágenes extraordinarias que contienen estas leyendas y fue así como di el salto para llevarlas a cabo a través de la pintura. Pinto desde mi infancia, y precisamente los llamados comics, (o tiras cómicas, o penecas), como otros dicen, hicieron parte de del acervo cultural de mi adolescencia, ya que coleccionaba con fervor, debajo de mi cama, una hermosa colección de comics - que iban desde Tarzán hasta Superman y Batman-, revistas que no solamente leía sino que, además, me deleitaban con sus dibujos. Hago referencia a estas lecturas, porque de alguna manera me influenciaron para pintar las leyendas. De igual manera, los dibujos de Gustave Doré, tanto del libro de Dante, como de otros libros tuvieron en mí desde la adolescencia una gran influencia. Me fascinaban aquellas figuras no sólo por lo que le decían si no por lo que representaban en tanto que Imagen. Mi ojo adolescente se educó estéticamente allí, ya que me divertía diferenciando los dibujos realizados por cada autor. De todos ellos tuvo en mí un gran impacto los dibujos de Al Foster como los de Hogarth con las tiras cómicas de “Tarzán”, de “El Príncipe Valiente” y “Flash Gordon”.

H Foster: Principe valiente Hogarth :Tarzán


Es en este proceso de una buena parte de mi vida, que me metido en el extraordinario mundo de las leyendas colombianas. Como antropólogo, desde las ciencias he intentado un acercamiento a estos imaginarios colectivos. Como pintor he tratado de "recuperar" esta leyendas, en cuadros que he venido realizando, bien sea en óleos bien sea en acrílicos, y que se encuentran la mayoría en este blog.

He buscado concentrarme en las principales leyendas de cada región. Es así como de los Andes colombianos, es decir del centro de Colombia, he realizado un trabajo sobre Bachué, la diosa de los muiscas, al mismo tiempo que las Tres bolas de fuego, o los Tres compadres, y una serie de la Sombrerona en sus dos versiones fundamentales como es la Sombrerona del campo y la Sombrerona de la ciudad. De la zona norte de Colombia me he concentrado en dos leyendas fundamentales como son el Hombre caimán, y Francisco el hombre. De los llanos se imponía de hecho la leyenda de La Bola de fuego. Del Amazonas igualmente se vuelve prioritario la leyenda del Delfil Dorado y Yurapari. Del viejo Antioquia, es decir Antioquia y Caldas, La madre monte, El Hojarasquín del monte. Y de las regiones del Magdalena bajo, medio y alto, uno de los personajes más fascinantes de la leyendas colombianas como es el Mohán y su compañera la Mohana.

Es claro que las leyendas colombianas son un mundo, no solamente fascinante sino también complejo, ya que una sola leyenda puede ser interpretada desde un buen número de versiones o variantes. Es tal su complejidad y su riqueza, que se impone de hecho la necesidad de seleccionar, aquella leyendas que podrían ser las "leyendas madres" o leyendas fundamentales, en la medida que ellas contiene el núcleo central de otras leyendas.

La propuesta.








LAR. "Bachué" L.A.R: "Patetarro de la Ciudad"

Se trata de hacer una propuesta abierta, plural y por ende compleja ya que, pacientemente, sin prisa pero sin pausa, en un esfuerzo de un gran aliento que lleva ya más de dos décadas, estoy haciendo esta propuesta tanto en el plano teórico o científico como en el plano estético. Como propuesta, se trata de apostarle a una realidad imaginada, que fue durante mucho tiempo ha sido desvalorizada, ocultada, y que tiene que ver mucho con nuestras raíces. Estas leyendas hacen parte de nuestro imaginario y nos pueden ayudar a entender en parte, nuestras raíces históricas, como pueblo y nación. Es decir que nos llevan a entender nuestra identidad: el saber de dónde venimos y por supuesto, si se me permite la frase, saber para dónde vamos. Pero así como han sido desvalorizadas y despreciadas, estamos entrando en el otro polo del mismo fenómeno: las leyendas empiezan a ser desfiguradas, descompuestas y de alguna manera tergiversadas, en la medida en que se vuelven objeto de publicaciones de diverso tipo, sin ningún rigor, respeto o un conocimiento mínimo. Se inventan historias a nombre de “leyendas colombianas” y se publican masivamente, desvirtuando su originalidad, o como diría Walter Benjamín desvalorizando su aura.

En el plano científico, son muy pocas las obras dedicadas a esta leyendas. Más aún cuando se han visto como literatura, y aún como una literatura menor. El conjunto de las ciencias sociales, para decirlo en pocas líneas, tienen en las leyendas colombianas un riquísimo acervo, que no se ha sabido explotar y profundizar. Las leyendas colombianas, ofrecen varios registros, que pueden estimular no solamente a antropólogos, sino también a psicoanalistas, semiólogos, comunicadores, y por supuesto filósofos. No pretendo decir que no se hayan hecho ensayos, algunos meritorios, sino que esta problemática no pesa mayormente en el contexto de las ciencias sociales en Colombia, como de las investigaciones. Los centros de investigación que existen en nuestro país y aún Colciencias, invierten muy poco o casi nada en estos campos. “La tasa de retorno para administradores y economistas de las investigaciones sobre las Leyendas es mínima y en conclusión, la inversión es cero”. Situación paradójica cuando observamos, que en el mundo de la antropología la semiología y las ciencias sociales, toma fuerza cada vez más la cuestión de los Imaginarios Colectivos. En las principales universidades de Europa y Estados Unidos en este momento existen centros de investigación especializados estudiando Los Imaginarios. Aún, la misma palabra se ha vuelto de moda.

En el campo de la plástica y de las artes visuales, después de los Bachués y la extraordinaria obra realizada por Pedro Nel Ospina, Ariza, Luis Alberto Acuña, Alipio Jaramillo, etc., es casi nada la producción en este campo. No solamente las artes plásticas en general, están volcadas, hacia las corrientes de moda que impone el mercado, como son las instalaciones y constructos que imponen desde el centro de las grandes urbes como Nueva York o Europa. Nada tiene de malo que se desarrollen estas tendencias ya que ellas se imponen con su dinámica mercantil. Lo preocupante es que, igualmente en el campo estético, y hoy en día cuando en la plástica ya no existen las vanguardias, en el campo de la figuración y aún de la extracción, consideramos que la leyendas colombianas puede tener una expresión, aún ser una tendencia, sobre lo cual nuestros jóvenes artistas, no se han percatado.

Boticelli: "Venus"

Este proceso que he señalado, está enmarcada en una mirada abierta, ya que muestra las enormes posibilidades, tanto a investigadores como artistas plásticos, para desarrollar, como dijimos, una tendencia, que aportaría muchísimo a la comprensión de nuestro ser colombiano. Las leyendas pueden ser trabajadas desde técnicas semiabstractas, como en un momento lo hizo el pintor huilense Devia, (y en este momento en forma solitaria, mi amigo, el pintor caleño radicado en Neiva Phanor Ariza (1), hasta técnicas figurativas sean impresionistas o expresionistas, así como en escultura, y aún en instalaciones y constructos.

La problemática que presentan las leyendas en el plano científico y en el plano estético.

Goya:"Neptuno devorando a su hijo"

Está claro, que no se trata de pintar leyendas por pintarlas, desconociendo la rica problemática que ellas plantean, y podrían desdibujar el propósito inicial de profundizar en su conocimiento y enriquecernos en su posible acervo. Se trata de conocer en un primer acercamiento, la naturaleza de la leyenda, para que desde allí podamos interrogarnos acerca de los métodos adecuados para la aprehensión de las mismas, tanto en el plano estético como en el plano teórico.

En un primer acercamiento, que iremos desarrollando en espiral, y para situar un eje de discusión, vale la pena que veamos algunas definiciones y características de que es una leyenda.

Toda leyenda es un relato. Es una narración de cosas, sucesos, mundos, que se encierran en un medio que los determina y les da sentido. Es una visión de un mundo, tanto de los hombres que lo habitan, como de los seres y cosas con los cuales se relaciona. Es un relato de carácter mágico y moral. En tanto que relato la leyenda
es de carácter oral, que en la tradición occidental ha pasado al plano escrito y estético en forma de pintura y escultura.










Como moral, la leyenda está dirigida a orientar y establecer los comportamientos y relaciones entre los hombres mismos, relaciones sociales basadas en relaciones de parentesco y de familia, o relaciones con el medio ambiente, y finalmente relaciones con el cosmos. La leyenda tiene un carácter práctico, digámoslo así: empírico ya que está dirigido hacia la acción y transformación del hombre y de la naturaleza. En ese sentido la leyenda, es dinámica, ya que lleva a esta y a instituir rituales o formas de comportamiento sagrados que los hombres deben conocer, para acertar en sus relaciones sociales y ambientales como cósmicas. La leyenda como el mito, buscan establecer y aún fijar comportamientos adecuados para que cierto orden, no sea roto y la vida como la sociedad no pierda su sentido y significación. Rito y Leyenda, Rito y mito se confunden ya que el rito es la escenificación en la práctica de los relatos orales. No hay Mito sin rito.

Las leyendas como los mitos son plurales, complejas. En el primer aspecto encontramos lo códigos que conforman niveles y tópicas de los cuales se estructura.

Alipio Jaramillo: La Zafra









Dentro de sus niveles podemos señalar los más fundamentales como son el económico técnico, que tiene que ver con la manera como los hombres se organizan en grupos como unidades sociedades familias para resolver sus Necesidades, en tanto que especie, como en tanto que seres sociales. Otro de los niveles que se pueden señalar es el ideológico cultural, en los cuales se inscriben los Deseos, en tanto que imaginarios acerca de las ideas conscientes e inconscientes que se pueden tener sobre el individuo mismo, los grupos sociales y la sociedad, así como el cosmos. En el segundo aspecto, encontramos una pluralidad de estructuras que se encuentra comunicados en un espacio complejo basado en interrelaciones, articulaciones, y determinantes de un nivel al otro, formando flujos energéticos y redes comunicacionales.

La leyendas en principio, en tanto que relatos, están destinadas a conmovernos en los planos afectivos, emotivos y aún racionales. Ellas nos conducen a mundos fantásticos, donde precisamente la fantasía envuelve a los personajes y sus desarrollos. Nos conmueven. Bien sea para elevar nuestros sentimientos, como para crear unos cierto temor y angustia, buscando dejarnos ciertas enseñanzas, ya sea para elevarnos en nuestros sentimientos en formas lúdicas a finos goces, al igual que un placentero sueño.

Por esta razón podemos decir que las leyendas son Icónicas. Toda leyenda es por excelencia constructora de imágenes como personajes que se mueven y relacionan en paisajes, creando mundos, que no llevan tanto a maravillarnos como a pensar y reflexionar. Como dice Levi Strauss, “las leyendas también nos sirven para pensar.” (Doré.:La Biblia)

Podemos decir que, en tanto que leyendas las imágenes de las mismas son formas de pensamiento, que pueden ayudarnos a entender desde sus lógicas internas las maneras cómo pensamos y encontrar allí la raíz de nuestros comportamientos diferentes sea a nivel social humano mágico-religioso.

De todo lo dicho atrás, podemos sintetizar en un concepto fundamental y clave, que las leyendas son Imágenes. Desde este punto de vista una imagen la podemos entender como una idea o conjunto de ideas. Bien sea que la idea es icónica, figurada en un grafismo, bien sea que la idea es una abstracción racional y conceptual, que no lleva y permite construir conceptos, y teorías que simbolizan el mundo y la vida.

La complejidad y las leyendas.


El concepto de complejidad de las leyendas tiene dos aspectos. El primero tiene que ver con la leyenda misma, en relación con sus contenidos. Como dijimos una leyenda tiene varios niveles de significación, los cuales responden a los diferentes códigos que estructuran espacios o topos como creando órdenes o jerarquías entre unos niveles y otros. Esta complejidad es inherente al contenido o a la interioridad de la leyenda misma. El otro aspecto inherente al contenido de la leyenda se relaciona con la etiología de la misma. Quiere decir, con el origen o raíz de la leyenda. En su origen toda leyenda es, por excelencia, un relato oral. Su origen tiene que ver con la oralidad. Y ésa oralidad en principio se ha perdido, con los pueblos, las culturas y especialmente la lengua en que nació. Occidente al crear la escritura, de alguna manera “mata” todas esas leyendas y narraciones y las traspasa a nivel de lo escrito. Allí la leyenda sufre una enorme mutación y una buena pérdida de su sentido inicial. Es innegable que el paso de la oralidad a la escritura, se asigna por una mutación enorme en el campo de las lenguas y las culturas. Esto nos sirve para ubicar uno de los problemas que tiene que ver con el tratamiento de las leyendas. Es el paso de lo oral a la grafía. A la imagen graficada como escritura y que plantea el problema de la transferencia, o el paso de una forma de codificación a otra. Que es también el paso de una forma de discurso a otro, que implica un ejercicio de propedéutica y de hermenéutica para que la leyenda, no pierda todo su valor.















Breughel: Campesinos bailando
El otro nivel de la complejidad es externo a la leyenda. Y se relaciona sobre todo con los métodos a con los cuales se pueden expresar la leyendas. En este aspecto se trata de saber, ¿como una leyenda que viene de una tradición oral, que se trans-forma en una tradición escrita y literaria, puede será su vez ser transfigurada en imágenes pictóricas o esculturales? Es éste el problema grueso, que por lo menos en mi caso, tuve que resolver y que de hecho plantea el problema de la legitimidad de la leyenda desde el punto de vista estético.

El campo de lo estético propiamente dicho.

Todo este recorrido que hemos hecho, nos ha permitido solamente ubicar el problema, pero no resolverlo. Hemos ubicado las redes que se pueden establecer a partir de la leyenda. Es decir la relación entre relato oral y escrito y por supuesto el relato como figura e imagen, o sea el relato como pintura o plásticas.


El núcleo central de la problemática estética, se focaliza en la idea de la imagen. La imagen es también imaginación. Y la imaginación es el proceso de abstracción de la realidad, que no lleva a la idea de la fantasía. El Fantasma, como diría Freud, es ese campo creado por la mente en el cual prefiguramos la realidad como una manera de conocerla. Además, encontramos en este espacio una serie de Ideas que se interrelacionan como son, el Icono y la Iconografía, la imagen y La imaginación, la Figura y la Figuración, el Fantasma y la Fantasía, etc., todo ese conjunto de elementos que hacen parte del espacio estético y plástico y que responden a la especificidad de la pintura. Ahora sí podemos ir derecho a nuestra problemática.

La pregunta que inicialmente se nos planteó para comenzar a pintar las leyendas, ya no era solamente el de la transferencia de una en narraciones orales en casete a la escritura, sino especialmente el de saber qué tipo de Figura o de imagen sería la más adecuada para representar esas leyendas. Como dijimos al recurrir a la historia, solamente encontramos a los Bachués y posteriormente a ellos muy pocos artistas. Siendo leyendas o historias narradas por campesinos, se trataba de encontrar estas imágenes adecuadas, si así podemos decirlo, al género de la leyenda. A diferencia del mito, cuyo relato es de alguna manera abstracto, en el juego de Fuerzas cósmicas naturales representados como Demiurgos e inclusive dioses, que permiten mayor abstracción, la leyenda nos presenta narraciones rurales, que se suceden en los ríos y montañas bosques, callejuelas de las ciudades, con un carácter mágico de veracidad. La generalidad de las leyendas, tiene la característica de que introducen en ella, elementos testimoniales, según las cuales, estas leyendas aparecen en sitios específicos y personas determinadas, que dan testimonio en ellas. Por eso es importante en la leyenda el detalle o del “hecho verídico”: “esto le pasó a mi compadre”, “yo lo vi y a mí me sucedió”, etc. La leyenda pues introduce elementos, relatados con alguna precisión y que la hacen aparecer concretos. Una Madre Monte requiere que se pinte este medio natural, para poderla entender. Un Mohán sin el Magdalena sería irreconocible, un Francisco el Hombre fuera de su contexto tropical, cambiaría todo su sentido. El detalle, la precisión o de alguna manera la figura, lo más cercana ligada al relato oral e inclusive escrito. Es lo que algunas “críticas”, no han entendido en mi trabajo, cuando lo califican de” literario”, quizá entendiendo por ello literal.

LAR. Campesinos de Boyaca




Gauguin :Dia de Dios

A diferencia de muchos folkloristas, y literatos, no considero que lo regional, pueda entenderse solamente a través de lo local, porque una concepción de esta naturaleza nos llevaría a un regionalismo insulso y sin vigor. Si bien la leyenda afirma lo regional, no por ello podemos ver los vínculos con lo universal. En el tema que estamos desarrollando, fuera del ámbito nacional a nivel de pintura, encontré otro precedente muy ricos, que me alimentó en el proceso estético y de trabajo de las leyendas, como fueron los flamencos. He sido toda mi vida un cultor de la Escuela Flamenca y las obras de el Bosco y los de los Breughel8 padre e hijo), me han estimulado en el tratamiento de la leyenda. Los Brueghel me demostraron la vitalidad, la fantasía y las grandes posibilidades del mundo rural para ser trabajados a nivel de la estética. A esta pintura se ha calificado falsamente como primitivista, dándole una connotación valorativa. El primitivismo en este sentido, se entiende como algo “no ha acabado”, y aún “inferior” a la pintura clásica. Estas ideas que ha sido revaluadas, justamente en la medida que el arte flamenco tiene un valor y un estatus propio en el arte mundial. Es un valor que la hace diferente idea al arte clásico, pero que de ninguna manera se le puede considerar inferior o primitivo.


Breughel. La boda







Breughel: Verano

Fue así como inspirado tanto los primitivos flamencos, como en clásicos: Goya, Velázquez, Botticelli, y aún modernos como Redón, Gauguin en las islas marquesas, el Romanticismo Inglés,-no así Braque, especializado precisamente en Leyendas, pero que no satisfacen mi gusto personal… me han alimentado en esta trayectoria y me han demostrado que lo local y regional, se vuelven vivos y con mucho valor si no se les desprende de lo universal y global. No olvidemos que los regionalismos en América Latina, han llevado a plantear equivocadamente la relación con la historia universal y la cultura europea. La defensa y valoración de lo regional, no puede en manera alguna realizar un movimiento al revés, como es el de despreciar la universalidad de la cultura europea. Sólo un movimiento dialéctico que valorice lo regional en sí mismo, y al mismo tiempo su relación con lo universal, puede tener un buen sentido. Lo otro sería caer en el atraso, el oscurantismo, y abrir las puertas a movimientos integristas o fundamentalistas o simplemente neofascistas.

Alipio Jaramillo.: "Masacre"


1 comentario:

Anónimo dijo...

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