En el Llano plano, el jinete cabalga entre el deseo y la angustia, que le produce la vastedad del llano donde el sol reberverante desdibuja las formas y las transforma, cuando en la grupa siente el calor femenino de la hembra sentada en el anca y que le resopla en el cuello, como vahos de aliento y juega con la bestia haciéndole trenzas y moños. El sabe que si vuelve la mirada atrás la femina se le convierte en calavera o el mismísimo patas..!
jueves, febrero 02, 2006
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